Uno de los principales problemas que todavía encuentran gitanos y gitanas en el ejercicio pleno de su ciudadanía es la persistencia de una imagen social negativa que, en la práctica, desemboca en actuaciones discriminatorias.
En numerosas encuestas e investigaciones, aparecen como el grupo social más rechazado y queda patente un profundo desconocimiento sobre su realidad actual. La mayoría de los prejuicios y estereotipos sobre los gitanos se arrastran desde épocas preconstitucionales y se han mantenido casi intactos, a pesar del gran avance que la situación de los gitanos ha experimentado en las últimas décadas.
La percepción que hoy en día se tiene de las personas gitanas no se corresponde con la realidad. Si preguntamos a alguien al azar, posiblemente las imágenes que le vengan a la mente sean la del gitano artista o la del gitano chabolista o marginal; estas dos figuras sóllo representan el 20 %, 35% del total de la comunidad, con lo que podríamos decir que la mayoría de la población gitana no se enmarca dentro del estereotipo común, sino que es tan diversa como miembros tiene.
Un reciente estudio, encargado por la FSG a la consultora Salvetti & Llombard, revela un dato fundamental para abordar este problema de imagen social, y es que los estereotipos provienen en mayor medida de la imagen transmitida por los medios de comunicación y por las informaciones indirectas, que de experiencias o relaciones directas con personas gitanas.
Por eso es necesario que todos y todas hagamos un esfuerzo por recordar que las palabras y los actos de cada uno son importantes a la hora de transmitir valores para una convivencia más justa y democrática.
Que en una sociedad madura, que promueve la independencia de las personas, no podemos dejar que otros hablen en nuestro nombre.
Por Jesús López Agrela
Entrada copiada íntegra de la web de Gitanos.org: http://www.gitanos.org/conocelos/web/conocelos.php?s=1&p=0
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